
Esta es una cuestión que me viene persiguiendo hace unos años, específicamente desde que, por un gesto de grandeza, decidí que mis papas me dejen de pasar plata y procurármela por mis propios medios, a fin de “mantenerme económicamente”. En honor a la verdad son varias las comodidades que mis papas -a la fecha- siguen proveyendo a esta hija producto de su amor, pero no por eso puedo LLEGAR A FIN DE MES con mi sueldo, es una circunstancia que estoy en condiciones de afirmar, ya que inclusive cuando se mejoran mis ingresos mensuales, por algún decreto del presidente de turno, igual no me alcanza. Pero no las voy a aturdir con mis gastos personales, sino que la intensión es reflexionar sobre lo CARO QUE CUESTA SER GRANDE.
Podemos dividir los gastos en dos: en el primer grupo los de la subsistencia diaria de la vida de una persona económicamente solvente –llamamos gastos ordinarios-, así debemos afrontar el pago del 1 al 5 el alquiler, con todos los gastos que esto significa, después tenemos que comer, vestirnos “a la moda”, salir con tus amigas, vestirnos a la moda y comer en lugares lindos, de moda por lo general- si para mí son gastos necesarios-. Otros gastos que generan dolor de cabeza son la obra social, mantener el auto – garaje, seguro, nafta, cuota del auto para evitar el secuestro prendario del rodado-, monotributo, facultad y de ser posible, ahorrar.
Los segundos, los gastos extraordinarios: cual sería comprarse una compu en 24 cuotas sin interés, o la tele o el aire acondicionado, que lo vamos amortizando todo el año, en estas pequeñas pero dolorosas cuotas, sin las cuales no podríamos tener, los ya pagados: sommier, el micro ondas y el equipo de música. Tampoco nos podemos olvidar de vacacionar, así octubre se plantea como un mes de grandes decisiones o frustraciones, cuando querés salir del país, de ser posible fuera del Mercosur y sino Brasil o Uruguay, al menos, y si ni para eso nos da, apelar a alguna playa de la costa, tan fría pero tan cercana que llega en esos casos a representar una polinesia tercermundista, pero que a fuerza de sacrifico, y en mucho casos después de mandar decenas de mails a ver cuál de las chicas puede salir de vacaciones en la misma semana que vos, con la misma plata que vos y que pueda irse sin el novio (casi me animo a decir que este es el requisito mas difícil de sortear, pero será tema de otra reflexión), y salen de vacaciones a un hotel tres estrellas sin desayuno continental a cuatro cuadras de la playa.
La verdad que el día que le dije a mi papa “deja pa, no me mandes mas plata que ya cobre mi primer sueldo”, lejos lejos estaba de mi cabeza que costaba tan caro ser grande,- pero debo aclarar que la independencia NO TIENE PRECIO-.
Podemos dividir los gastos en dos: en el primer grupo los de la subsistencia diaria de la vida de una persona económicamente solvente –llamamos gastos ordinarios-, así debemos afrontar el pago del 1 al 5 el alquiler, con todos los gastos que esto significa, después tenemos que comer, vestirnos “a la moda”, salir con tus amigas, vestirnos a la moda y comer en lugares lindos, de moda por lo general- si para mí son gastos necesarios-. Otros gastos que generan dolor de cabeza son la obra social, mantener el auto – garaje, seguro, nafta, cuota del auto para evitar el secuestro prendario del rodado-, monotributo, facultad y de ser posible, ahorrar.
Los segundos, los gastos extraordinarios: cual sería comprarse una compu en 24 cuotas sin interés, o la tele o el aire acondicionado, que lo vamos amortizando todo el año, en estas pequeñas pero dolorosas cuotas, sin las cuales no podríamos tener, los ya pagados: sommier, el micro ondas y el equipo de música. Tampoco nos podemos olvidar de vacacionar, así octubre se plantea como un mes de grandes decisiones o frustraciones, cuando querés salir del país, de ser posible fuera del Mercosur y sino Brasil o Uruguay, al menos, y si ni para eso nos da, apelar a alguna playa de la costa, tan fría pero tan cercana que llega en esos casos a representar una polinesia tercermundista, pero que a fuerza de sacrifico, y en mucho casos después de mandar decenas de mails a ver cuál de las chicas puede salir de vacaciones en la misma semana que vos, con la misma plata que vos y que pueda irse sin el novio (casi me animo a decir que este es el requisito mas difícil de sortear, pero será tema de otra reflexión), y salen de vacaciones a un hotel tres estrellas sin desayuno continental a cuatro cuadras de la playa.
La verdad que el día que le dije a mi papa “deja pa, no me mandes mas plata que ya cobre mi primer sueldo”, lejos lejos estaba de mi cabeza que costaba tan caro ser grande,- pero debo aclarar que la independencia NO TIENE PRECIO-.